Hacía mucho tiempo que sobre el césped del Nuevo Estadio nada más dar el pitido inicial, los dos equipos claramente mostraban sus ideas para ganar el choque. El conjunto visitante, con una fuerte presión en todas las líneas mientras que los locales, con desplazamientos largos a sus hombres de banda, José Juan y Copito, abrían la defensa de los de Vicente Colín.
Esta circunstancia provocó que, en apenas siete minutos, ambos conjuntos pudieran romper a su favor la igualada inicial. En el minuto 4, un mano a mano de Negri ante Ímola lo desbarató en salida espectacular el cancerbero local iniciando así su soberbio partido. Apenas tres minutos después su compañero en la portería, Poli, no quiso ser menos y desbarató con una gran intervención con un disparo de Copito tras pase de la muerte de José Juan.
Parecía que el partido iba a tener movilidad en una y otra área, sin embargo, transcurrido el primer cuarto de hora del choque, el ritmo bajó, se hizo en ocasiones muy equilibrado en todas las líneas y donde prácticamente pocas oportunidades protagonizaron las delanteras de ambos equipos. Quizá, la más clara fue en el minuto 37 con un falta lateral ejecutada por José Juan que bien colocado, detuvo Poli. Con la sensación de que el equilibrio era constante tanto en el terreno de juego como en el marcador, se llegó al descanso.
La segunda parte no empezó nada bien para los intereses del Díter Zafra. Primero porque Julián Caro tuvo que re-estructurar su línea defensiva integrada por cuatro canteranos y, en segundo lugar, porque su organizador de juego, Sergio de la Cruz, tuvo que marcharse con molestias musculares. Antes del único gol del partido, llegó la jugada polémica del choque y que pudo cambiar el mismo, cuando en el minuto 52 y en una brillante arrancada de Copito, es desequilibrado en el interior del área por Pérez en un claro penalti que todo el mundo vio menos el colegiado. La respuesta pacense fue contundente, ya que aprovechando un contragolpe, Gamba se metió hasta la cocina, y allí batió a Ímola en su salida (0-1). A partir de aquí, el partido se rompió. El Díter con Cano como organizador del juego trataba de buscar el empate, que lo tuvo en dos acciones en los últimos suspiros del partido por mediación de José Juan y Toboso, al que Poli respondió con dos buenas intervenciones, mientras que el equipo visitante se encontraba una y otra vez con un inspiradísimo Ímola que desbarató, en ocasiones de manera brillante, todas las acciones de peligro de los visitantes, manteniendo hasta el final con opciones a su equipo.
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