" La confianza es algo que no se puede comprar ni vender pero se puede ir acumulando, aunque es muy frágil y, al ser una emoción, se puede descomponer fácilmente y, una vez disuelta, solo es posible recuperarla elevándola al nivel inicial gracias a un descomunal esfuerzo.Esta es precisamente la situación que ha atravesado el Díter Zafra durante esta fatídica temporada del 2010/11, al lograr remontar el rumbo de la travesía borrascosa que atravesaba el club al inicio de la temporada, debido a diversos elementos que amenazaban con hundirlo definitivamente. Afortunadamente no ha sido así: el Díter sigue vivo y buscando pelea. Pero en el fútbol nada sale por milagro ni gracia divina y así, esta nueva realidad ha sido el fruto de un proceso que se ha ido madurando progresivamente, del que he sido testigo a través de las sucesivas emisiones de La hora del Díter. Este espacio radiofónico ha tenido la función de tomar el pulso al club y constituirse en un verdadero observatorio para su diagnóstico y recuperación que ahora comentaré en calidad a mi experiencia de visitante en la misma cabina de locución, asistiendo al oficio radiofónico de su director José César Molina, quien me ha venido invitando cortésmente a presenciar sus emisiones y de esta manera he podido escuchar de viva voz sus comentarios y las palabras de jugadores, entrenadores y directivos que ha ido entrevistando a lo largo de todas estas semanas.Entonces, recién se había constituido la junta rectora encargada de reorientar el club durante el resto de la temporada, que había comenzado unas semanas atrás. El Díter se encontraba medianero en el último tercio de la tabla clasificatoria, aunque siempre se alentó la esperanza de terminar esta liga 2010-11 trepando hasta llegar a estar entre los ocho primeros del campeonato del grupo XIV de la 3ª división.
Se ha conseguido la permanencia del equipo en la tercera división y aunque pueda ser modesto, es todo un honroso objetivo de acuerdo a las espinosas circunstancias que ha atravesado el club a todos los niveles.La Junta rectora del Díter que con tanto acierto ha encabezado Jorge Sánchez Castañón ha sabido sortear los escollos en que la desorientada presidencia anterior se había metido. Una tarea muy complicada para la que sin embargo ha sido clave el prestigio social y deportivo, la aureola del Díter que nunca ha dejado de estar ahí, este elemento es el que ha cohesionado y ha sido la argamasa de todo este proceso sin el cual hubiera sido imposible remontar la tempestad, y que, como decía, La Hora del Díter ha reflejado y potenciado Sabedor de que la tensión periodística se encuentra en el cuerpo a cuerpo informativo, José César introduce siempre un par de entrevistas en directo en su programa concedidas por diversas personalidades relacionadas con el club en el presente o en el pasado: técnicos diversos, directivos, jugadores o exjugadores, periodistas colegas, etc. Todos relacionados con el club (ya digo) en el ayer o en el hoy, con diversas visiones, enfoques, y opiniones, aunque todos, absolutamente todos coincidían en el mismo punto: la abierta simpatía que mostraban hacia el club y hacia la ciudad. Era de ver que incluso algunos confesaron dolerse de su marcha por una gestión deficiente de la empresa que en nada tenía que ver con la buena acogida que siempre les rindió la afición. Pero claro, entonces tan buenos vasallos no tenían un buen señor como lo es ahora el club, aunque no por ello perdió las simpatías de todos ellos, elemento este que, sin duda, ha servido para impulsarlo. Resumiendo lo hasta ahora dicho: el problema del Díter ha sido un bache en su gestión, ya que ha mantenido su prestigio en lo deportivo, y de ahí le ha venido su recuperación, no sin un gran esfuerzo, por descontado.El prestigio es lo que ha hecho que un notable técnico como Vázquez Bermejo, de sólida trayectoria como pocos en tercera división, haya tomado el compromiso de entrenar al Díter, hecho que a su vez logrado recobrar la credibilidad del club y que hasta 11 jugadores hayan confiado en el proyecto deportivo del míster mediada ya la temporada pasándose a sus filas, José César entrevistó a algunos de ellos y podíamos sentir la ilusión de estos nuevos fichajes que estaban preparados para plantar batalla y demostrar su garra. Se había creado prácticamente una nueva plantilla que había que adaptar al concepto de juego de José Antonio Vázquez Bermejo, un auténtico gentleman del fútbol, hombre de trabajo riguroso y disciplinado que sabe hacerse valer dentro y fuera del campo por su discreción y su gran honestidad. No es fácil para nadie responsabilizarse de una plantilla a medio hacer mediado el torneo y aún lo es menos que esta consiga rendir con eficacia. Pero ahí están los resultados.
Es de ver que la relevancia del Díter de esta temporada, la que ha formado Vázquez Bermejo, reside en que el equipo ha sido el verdadero protagonista, jugando coordinadamente por lo que, en este sentido, no ha habido personalismos que pudieran haber empobrecido la tarea colectiva.
Se puede alegar que el equipo no ha sido todo lo regular que se hubiese deseado pero ésta no es tanto una cuestión técnica como puramente psicológica, sin embargo sería injusto responsabilizar a Vázquez Bermejo. Todo es muy fácil cuando la squadra ha vivido mucho banquillo y se compenetra bien, hay implicaciones y recursos emocionales pero aquí el mister no ha tenido el suficiente tiempo. José César Molina últimamente ha apuntado en los editoriales de su programa y en sus entrevistas que los jugadores se habían relajado cuando han visto el objetivo de esta temporada ya superado. Personalmente no lo creo así (echando mano a los datos estadísticos a los que es tan aficionado César), porque si repasamos mentalmente las diez temporadas anteriores (por poner un margen temporal) del Díter – exceptuando su fase de regional preferente - observaremos una curva de desarrollo semejante en muchos casos, y que en el caso de esta temporada 2010-11 se debe principalmente a la novedad de su plantel, ya que unos jugadores que han arriesgado tanto (personal y deportivamente) enrolándose en este proyecto (tan ilusionante para todos ellos), no desearían otra cosa que llegar a lo más alto que puedan, por deportividad y sobre todo por amor propio o autoestima. El equipo finaliza la temporada sonriendo con la satisfacción de los objetivos cumplidos y sobre todo con la certeza de haber levantado un proyecto social y deportivo que se encontraba muy deteriorado al comienzo del campeonato.La próxima temporada se augura próspera en primer lugar catapultando a la presidencia del club a Sánchez Castañón. Se lo merece ante todo por dignidad, habiendo sabido enderezar el rumbo de la nave azulona encarando valientemente las olas traidoras en medio de la tormenta. Vázquez Bermejo, ya cogida la hechura del equipo azulón, está llamado a cosechar grandes resultados y lograr los sueños de muchos manteniendo la cabeza firme y resuelta. Sean cuales sean las sorpresas que nos depare la nueva temporada, José César seguirá escribiendo para nosotros su boletín Dítergol y por supuesto seguiremos escuchando sus observaciones en su Hora del Díter, órganos de comunicación que cohesionan los ánimos de la hinchada y que sin duda son reflejo del aura prestigiosa del club que siempre incluso en los momentos difíciles, sabe mantenerse templado y firme, velando por la afición, como hace José César Molina en su programa, sabrosa plataforma informativa y de opinión que llega siempre con la mejor onda azulona.
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