Lo siento, me da la gana publicarlo y si ha alguno le molesta que reflexione y aprenda la lección antes de cometer errores, como dejar marchar a uno de los 5 mejores centrales de la categoría. En ese sentido voy a reflejar en esta ventana informativa el interesante articulo publicado con fecha de 22- Abril - 2014 en las paginas de deportes del Periódico Extremadura y firmado por el compañero , José María Ortiz. Cuyo titular también dejamos en este blog.
Emilio Pérez Pinto (Badajoz, 9-5-1979) es una de las caras más reconocibles y apreciadas del fútbol extremeño de las dos últimas décadas. Es todo un veterano, sí, pero de un espíritu juvenil que él mismo reivindica constantemente. Con casi 35 años a sus espaldas, la trayectoria de este central guerrero, potente y resolutivo le ha llevado de vuelta al Jerez, donde ya estuvo a las órdenes del no menos eterno José Antonio Vázquez Bermejo.
Con gente como Jorge Zafra y él al mando , desde su aterrizaje en el club verdinegro procedente del Díter Zafra, su equipo ha subido hacia la zona noble del grupo XIV de Tercera División. Y tanto: es tercero, con récord incluido: 15 triunfos consecutivos. Otro de los hombres clave del club templario, Mario Tomé, relaciona su aparición con el despegue. Por algo será. Por algo es.
"Hombre, con 25 años entrenaba, si hacía falta, todos los días. Ahora me cuesta más recuperar". Lo dice, lo cuenta, el propio Emilio Pinto cuando se monta en Badajoz en el coche camino de Jerez de los Caballeros y antes de hacerse una foto en La Albuera, donde para con sus compañeros de equipo Aguza, Víctor Aguinaco, Luismi, Joaqui Barrios y Vila.
"Hacerse 150 kilómetros para entrenar es para que esto te guste mucho", asegura con desparpajo este viejo zorro del fútbol regional, con un bagaje detrás muy interesante que le ha llevado a vestir muchas camisetas nobles del balompié autonómico: Villanovense, CD Badajoz, UD Badajoz, Don Benito, Moralo, Extremadura, Díter, Jerez... y de la zona murciana, como Pinatar o Mar Menor, e incluso un año en el Amposta tarraconense. ¡Qué tendrá el fútbol!, se podría exclamar en casos como el suyo, plagados de pasión, arrojo y vivencias que no han llegado a unas cotas más altas por cuestiones muy diversas.
Pero Pinto tiene orígenes e historia, una historia bonita, como deportista. "De niño jugué en el Virgen de Guadalupe, mi colegio de toda la vida de Badajoz, con los amigos. No me quería ir a ningún lado, pese a que me llamaron. Con 15 años sí que me fui al Atlético de Madrid, pero solamente estuve allí tres semanas. Estaba muy 'enmadrao' y me volví". Tal cual. El apoyo familiar siempre ha sido clave.
Golpes de fútbol
Casi 20 años después, ahí está, partiéndose la cara en los campos de fútbol y viviendo episodios duros como el que sufrió con el Badajoz en Almendralejo hace cinco años, cuando se partió el tobillo y tuvo que ser retirado en una 'camilla' en forma de puerta de un vestuario. O, como hace dos jornadas, cuando en el partido ante el Ciudad de Plasencia recibió un golpe en la cabeza que le hizo retirarse antes de tiempo con el susto en el cuerpo, groggy .
Pero ha vivido fases de ascenso, ha ido y ha vuelto a clubs, ha marcado goles pese a su condición de defensa, ha generado simpatías. "A final de temporada me lo pensaré si sigo o no". ¿Subir? Le haría ilusión. En su perspectiva está seguir preparándose para la vida. A diario trabaja con su hermano en una tienda de muebles de cocina "y entreno a unos niños del Santa Teresa", dice con orgullo. Porque evidentemente decir Emilio Pinto es decir fútbol. Una conversación con él convence, atrapa. Habla y no para. El fútbol en estado puro. Es el 'gladiador' Emilio Pinto
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