Existen derrotas que dejan un sabor amargo o muy amargo en el seno del equipo que sufre la misma y ese fue el caso ayer del Diter Zafra que mereció mucho mas, sobre el cesped de un romano que parece mas de un campo de 1º Regional que de Tercera Divisón . Ya que dos clamorosois penaltis no señalados a favor de los segedados sobre todo uno sobre Alberto Caldera, que podia haber cambiado el signo del partido. Y otro sobre Javier Aranda. En un choque donde los hombres de Ito volvieron a dejar una muy buena imagen, y excelentes sensaciones como ya ocurriera ante el lider Villanovense. En un partido donde en resumen los azulinos merecieron mucho mas. Plasmamos a continuacion la crónica realizada por el compañero Fernando Gallego en el Diario Hoy .
Vayamos
por orden de relevancia. Uno: el Romano volvió a acoger a casi 6.000
espectadores para un partido de Liga de Tercera en pleno mes de febrero.
Aunque se le dedique menos espacio porque no es la primera vez, lean
bien: es una señora animalada. Merece la pena acercarse cualquier
domingo para disfrutar de una estampa como esta, aunque no haya fútbol.
Como ayer.
Dos: el césped... ¡ay, el césped! A día de hoy, el peor de
Extremadura sin duda. Y ya es decir, que a principios de temporada había
por ahí algún que otro Cuartillo. Es la excusa perfecta para justificar
la ausencia de fútbol. Como ayer. Y con razón, por cierto.
Tres: lo más entretenido del partido aconteció cuando el
balón no estaba en juego. Una falta por aquí y la mitad de los jugadores
del Díter rodeando al árbitro pidiendo tarjeta y la otra mitad
encarándose con los futbolistas del Mérida. Otra falta por allá y la
mitad de los futbolistas del Mérida pidiéndole tarjeta al colegiado y la
otra mitad enganchándose con los jugadores del Díter. Una simulación
por allí y otra bronca. Una falta grave por allá y otro tumulto.
Protestas varias al trío arbitral. Varias melés al final del partido
entre un bando y otro. Gracias a todos de corazón, porque a falta de
fútbol...
Cuatro: el Díter reclamó un penalti sobre Caldera al filo
del descanso. Lo era, pero el jugador azulino fue amonestado por
simular. Raro, raro. Luego sí le señalaron uno al Mérida en el ecuador
de la segunda mitad. Uno tonto, además. El balón se marchaba fuera,
Mansilla que hace el amago de ir, Piru lo agarra flojito de la camiseta
un segundo... y todo el estadio lo ve. También el árbitro, que estaba al
lado. Gol de Juan Germán. Y otro penalti que reclamó el Mérida, que
parecía claro si el sobaco no dice lo contrario, por manos dentro del
área en un sombrero de Mansilla ya casi al final del choque.
Y cinco: sí, es cierto, se jugó ayer un partido de fútbol
en el Romano. Pero es lo último en relevancia porque resultó un
simulacro. ¿El estado del terreno de juego? Pues sí, pero también que
Mérida y Díter no estuvieron lúcidos. Sobre todo el Mérida, que completó
un mal partido. Fue levemente mejor el equipo de Ito, pero el penalti
tonto fue a favor de los emeritenses, o sea que...
No se esperaba sufrir tanto el equipo de Plaza, que se
guardó a Cristo en el banquillo todo el partido. Y no se esperaba sufrir
tanto, no porque le crearan mucho peligro, sino porque él tampoco lo
fabricó. Y un empate en este ritmo frenético que han impuesto los tres
de cabeza es un pinchazo de los gordos.
El Mérida tuvo perdido el centro del campo durante gran
parte del partido. Las actuaciones de Rico y Caldera fueron lo más
loable de los noventa minutos. Mejoraron los locales cuando salió Borja
para ayudar a Amaro y Troi. Con el marcador a favor y el debutante Toni
encontró espacios, y alguna que otra ocasión. También el Díter tuvo una
buena en las botas de Aranda. Lo intentaron los de Ito con el marcador
en contra, pero sin inquietar mucho. Casi nada mereció la pena.
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